lunes, 4 de noviembre de 2013

Viceministerio de la Suprema Felicidad del Pueblo ¿PANACEA O ENTELEQUIA?

A través de la Gaceta Oficial Numero 40280 se oficializa la creación del nuevo Viceministerio de la Suprema Felicidad del Pueblo, en honor al Presidente Hugo Rafael Chávez Frías y el Libertador Simón Bolívar. Esta razón obedece a una meta del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación, en una visión del modelo socialista a largo plazo. La intensión de creación del mismo es ejercer la rectoría de las políticas, planes, programas y acciones de prevención, protección, salud, educación, atención, recreación e inclusión social; así como la evaluación y seguimiento de estas políticas para abordar los problemas de los venezolanos.

En realidad este Ministerio pretende dirigir políticas de la Gran Misión Hijos de Venezuela, Amor Mayor, Fundación Pueblo Soberano y Consejo Nacional para el Desarrollo de las Comunidades Afrodescendientes, así como de algunos entes descentralizados como la Misión Cultura, José Gregorio Hernández, Negra Hipólita, entre otras. Es así como Nicolás reconoce las debilidades y el fracaso de las Misiones, pretendiendo salvarlas a través de un esfuerzo inútil de coordinación con la finalidad de ir en pos de su rescate y lograr organizarlas finalmente. 

Es plausible en principio que el régimen reconozca en términos generales, la ineficiencia e ineficacia de sus proyectos y programas y en ese orden, intente resolver de algún modo, dado el contundente fracaso de estos programas que reconocen igualmente que la mayoría de los venezolanos no somos felices en términos generales. Lo que ocurre es que para ser felices los venezolanos, requerimos que se hagan cargo de los problemas que afectan nuestro bienestar, por lo que no basta con la creación de un viceministerio que los evalúe para así poder relanzar las misiones y atender finalmente a las personas de escasos recursos económicos.

El problema va mas allá de eso, es mucho más complejo, es una situación de país, de crisis en todas las áreas y en todos los servicios, es más serio, es un problema que es necesario resolver de raíz. Estamos ante la presencia de un Estado absolutamente negligente, en un país donde no encontramos los productos de primera necesidad en abastos, automercados o mercados populares. Donde las amas de casas deben hacerse de estrategias para conseguirlos, amen de las largas colas que deben hacer para encontrar un paquete de harina, azúcar o una lata de leche o un rollo de papel higiénico. 

Un país, con un grave crisis energética por lo que vivimos a oscuras, donde no sabemos si tenemos agua al día siguiente, un país donde la inseguridad campea y las madres vivimos una situación de angustia permanente porque no sabemos si sus hijos regresan a casa después de la jornada diaria, de modo que no tenemos tranquilidad ni paz. Un país donde los jóvenes no tienen oportunidades para estudiar o trabajar, un país donde los hospitales carecen de los insumos básicos para brindar una atención de calidad a los pacientes, un país donde el salario no alcanza para cubrir las necesidades básicas de la familia, donde hay que mendigar y suplicar lo que por derecho constitucional nos corresponde. Un país estancado, donde no hay progreso ni libertad, donde la disidencia política es perseguida, donde no hay libertad de expresión, donde hasta el salir de vacaciones se ha convertido en un sufrimiento por el tema de los escasos recursos económicos de la población en general, de tal modo que la diversión o esparcimiento, pasa a un segundo plano y se ha convertido en privilegio de unos pocos. 

La felicidad no se decreta, la felicidad es una forma de vivir y la gente es feliz en la medida en que tiene cubiertas sus necesidades, en la medida que puede divertirse sanamente, en la medida que puede estar tranquilo y en paz y en la medida que pueda tener un trabajo de acuerdo a su formación o vocación a través del cual pueda obtener un salario que este acorde con el esfuerzo que realiza.

Venezuela es un país privilegiado, un país hermoso que cuenta con todo lo necesario para brindarle a los venezolanos la posibilidad de ser felices, un clima maravilloso, una naturaleza envidiable, un país lleno de gente buena, bella, trabajadora, que merece progresar. Pero frente a esas bendiciones tenemos la otra cara, un país que no cuenta con instituciones serias y confiables, un país donde la droga y la corrupción campean por doquier, un país donde la desgraciadamente la delincuencia enluta mensualmente a muchísimas familias venezolanas. Los venezolanos queremos ser felices, pero para eso hace falta que se escuchen las necesidades del pueblo y accionar en ese sentido. Hace falta trabajar, organizar y gerenciar con criterio, hace falta democracia, hace falta libertad, dejar a un lado egoísmos y mezquindades, hace falta sembrar la paz y generosidad y que reine la armonía y la unidad!

María Auxiliadora Dubuc
Concejal de Baruta

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