miércoles, 24 de abril de 2013

Y…. ESTAMOS EN DEMOCRACIA?

El 14 de abril ha generado grandes polémicas debido al corto margen electoral entre los candidatos presidenciales Nicolás Maduro Moros y Henrique Capriles Radonski, separados por una pequeña diferencia de 250 mil votos aproximadamente. Las múltiples denuncias y situaciones irregulares que se suscitan antes, durante y después del proceso electoral, conminan a la oposición a solicitar ante el Consejo Nacional Electoral, una auditoria de los votos, que compare cuadernos electorales, boletas y actas y así poder comprobar la veracidad de las cifras presentadas en cadena nacional y presuntamente “irreversibles” a favor del candidato oficialista. 

La negativa en principio del cuerpo electoral genera dudas en los afectos de ambos bandos, quienes desean la auditoria para legitimar las elecciones, dada la álgida situación política, el CNE decide después de 10 horas de reunión, aprobar la ampliación de la auditoria en FASE II, para así poder aclarar al pueblo de Venezuela cualquier irregularidad que pudiera haberse suscitado en el proceso electoral. Sin embargo, las declaraciones posteriores de las rectoras apuntan a que no se revisarán los cuadernos electorales y que como la cifras son “irreversibles”, no habrá modificación en los escrutinios e invitan a que quien tenga dudas sobre los resultados intenten los procesos de impugnación, ante las autoridades competentes, esto es, el TSJ en Sala Electoral. 

Esta situación política coyuntural en el país, propiciada en mucho por la actitud de los rectores del CNE, ha llevado al desbordamiento de la violencia en general, pero sobre todo en las instituciones del estado, especialmente en la Asamblea Nacional y demás parlamentos estadales, ministerios y oficinas públicas, quienes además de pretender desconocer la investidura de algunos parlamentarios se han dado a la tarea de desatar una cacería de brujas en sus respectivos despachos, para perseguir a todos aquellos trabajadores que piensen distinto. 

El Diputado Diosdado Cabello, Presidente de la Asamblea Nacional, hace pública su acción de censura a los asambleistas de la alternativa democrática, cercenándoles su derecho de palabra amenazándoles con desconocerlos hasta que reconozcan el triunfo de Nicolás Maduro Moros, en los comicios del pasado14 de abril. Calcando el ejemplo del Diputado, en cada asamblea legislativa de cada uno de los estados, se repite la misma historia, generando un clima de violencia, agresión, temor y desasosiego en las instituciones y en el país entero. Así mismo, en los ministerios se repite la misma acción contra los empleados, agresiones, amenazas o presiones van y vienen contra aquellos trabajadores públicos que piensen distinto al actual gobierno. 


La Defensoría del Pueblo aún no ha aperturado una investigación por acoso laboral en las instituciones del estado, la Fiscal General de la República, a pesar de las múltiples denuncias públicas por acoso laboral, tampoco lo ha hecho, dejando en estado de indefensión a múltiples trabajadores que hoy día se encuentran en la calle cuyo mayor pecado fue: disentir del actual gobierno y ejercer su derecho al voto. 

La democracia es el sistema de gobierno del pueblo y para el pueblo, es el implantado en el país, toda vez que se encuentra consagrado en nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, específicamente en su artículo 2 que reza: “Venezuela se constituye en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político”. 

La actitud de parlamentarios y demás agentes del actual Gobierno, dista mucho de propender a defender los principios fundamentales de la democracia, el estado de derecho y la justicia, la igualdad, la solidaridad y el pluralismo político, a pesar de hablar de paz, sus acciones no son coherentes con lo que proclaman, no llaman a la concordia, a la armonía en el país, dejando ver de algún modo que les interesa generar violencia y que reine la anarquía. Prueba de ello, las declaraciones de la Ministro Iris Varela y la cadena, en horario familiar, a través de la cual se acusa a la oposición de constituirse en generadores de violencia. 

¿Por qué el gobierno no se empeña, frente a esta crisis política que hoy enfrentamos, en promover la articulación de un discurso hacia la buena disposición para que reine la paz y la armonía, no solo en el cuerpo legislativo, sino en todas las instituciones del estado y se garantice el cumplimiento de la normativa legal vigente y el estado de derecho? Generar confianza en las instituciones es su responsabilidad histórica. El pueblo venezolano es un pueblo noble y pacífico, pero no tonto, es un pueblo inteligente que sabe muy bien de donde proviene la violencia, quien siembra el miedo y quien desea el camino de la paz y la concordia, quien miente y quien dice la verdad, no se equivoquen los que piensan que a través de agresiones y violencia lograran sus objetivos. Sembrar odio y enfrentamiento entre venezolanos no es la salida, esos mecanismos no lograran acallar la voz del pueblo, doblegar su sentir, el sentir de un pueblo que hoy sufre la opresión y la persecución que ya no solo es contra los dirigentes de oposición, sino contra todo aquel que piense distinto. 

Maria Auxiliadora Dubuc 
Concejal de Baruta

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