jueves, 18 de abril de 2013

¿Triunfo legítimo o ilegítimo?

MADURO PROCLAMADO PRESIDENTE 

El pasado 14 de Abril se invitó a una jornada electoral para una elección presidencial sobrevenida, dado el fallecimiento del Presidente de la República Hugo Rafael Chávez Frías, dos candidatos repuntaban en las encuestas y sondeos de opinión: por la MUD Henrique Capriles Radonski y por el PSUV Nicolás Maduro Moros. Ambos candidatos presentaron al país sus propuestas y planes, Nicolás amparado durante toda la campaña bajo la figura del Presiente fallecido, diciéndose su hijo y erigiéndose como la ultima voluntad del difunto, no hizo una campaña propia, jamás tuvo imagen personal escudándose en el dolor de un pueblo que aún lloraba a su Presidente. Capriles por su parte, realizó una campana admirable, recorrió pueblo a pueblo, ofreciendo mejoras salariales, detener la inflación, seguridad y tranquilidad al pueblo, confianza y el rescate de las instituciones con un discurso integrador e incluyente, ofreció el progreso para todos por igual, derrotar el miedo, y el triunfo de la verdad sobre la mentira. 

La jornada del 14 de Abril tristemente no fue una jornada pacifica donde la gente acudió a las urnas con alegría para elegir el destino del país, muy por el contrario, se desarrolló en un ambiente de tensión, pleno de denuncias de abusos del Plan Republica, de los Coordinadores de los Centros de Votación designados por el CNE y de electores de la tolda roja quienes amenazantes se dirigían a los centros de votación a amedrentar a los ciudadanos, armados en muchos casos, identificados con franelas del oficialismo y frente a la mirada complaciente de quienes tenían la responsabilidad de resguardar el orden público en los Centros de Votación, en un incumplimiento flagrante de la normativa electoral. 

La noche del 14 de abril parecía interminable hasta que el CNE finalmente da el primer boletín como ganador y apuntando con tendencia irreversible a Nicolás Maduro Moros, con una diferencia de aproximadamente 250 mil votos. La MUD se pronuncia de inmediato en virtud que consideran que la opción de Capriles es la vencedora y solicita el reconteo de los votos, auditoria del 100 por ciento de los mismos, contrastando boletas, cuadernos de votación y actas correspondientes, el candidato Nicolás Maduro estuvo en principio de acuerdo con la propuesta, pero el CNE se mantiene callado, desestimando la solicitud, aseverando que ya se realizó la auditoria del 54 por ciento correspondiente, acordado con antelación y que no es necesario hacer eso porque la elección automatizada está blindada. 

Es así, como una situación regular normal para el árbitro electoral a quien le compete esta tarea, quien debería no tener problema alguno en realizar ese reconteo de votos, al negarse comienza a generar una suerte de desconfianza que no le convenía desde ningún punto de vista. Procediendo con gran celeridad a proclamar a Nicolás Maduro Moros, como Presidente de la República de manera vertiginosa, dejando a la mitad de los venezolanos, con un sentimiento de ilegitimidad, injusticia y desconfianza en el árbitro electoral. 


La situación se torna violenta en calle, la gente sale voluntariamente a hacer sus reclamos amparados en ese sentimiento de desazón, descorazonados y sintiéndose defraudados por el arbitro electoral, mientras Capriles llama a la calma y a la protesta pacífica porque aclara “nuestra agenda no es la de la violencia, pero tenemos derecho a exigir el reconteo de los votos, no somos irresponsables ni caeremos en provocaciones, pero queremos que se cuenten los votos y que se aclare al país que opción ganó verdaderamente” 

Es así como una solicitud que en cualquier país democrático y serio, seria de mero tramite y absolutamente conveniente para el arbitro electoral, solicitud por demás que refuerza la confianza en el CNE, ahora se convierte en una lucha de la opción de Capriles para que la verdad triunfe sobre la mentira y buscar encontrar se aclaren las cosas de manera regular. Más aún cuando el conteo manual de los votos es absolutamente legal, existe y es una garantía para todos los ciudadanos consagrado en la Ley del Poder Electoral y en la Constitución Nacional, lo que no existe es la votación manual desde 1999, pero los votos existen, son y pueden contarse, constituyen la voluntad soberana dl pueblo, por eso se realizan auditorias una vez culminado cada proceso electoral. 

Un llamado a la reflexión, a quienes tienen la responsabilidad de ser granates de la paz y la tranquilidad en el país, en este caso le toca al arbitro electoral, la responsabilidad de lo que pueda pasar en el país en lo adelante es suya, es un acto normal el reconteo de votos y al candidato Capriles y quienes lo acompañamos en esta gesta heroica, nos asiste el derecho que se nos escuche como venezolanos y se nos demuestre que nuestro derecho constitucional al ejercicio al sufragio, no fue vulnerado y que efectivamente hay institucionalidad en el país. El CNE tiene una oportunidad de oro, ojala impere la equidad, el sano juicio y la racionalidad. 

Maria Auxiliadora Dubuc P.- 
Concejal de Baruta 

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