Francisco, Jorge Mario Bergoglio, en la actualidad el Sumo Pontífice, Jefe de Estado de la Ciudad del Vaticano, nace en Buenos Aires Argentina, el 17 de diciembre de 1936.
Este Papa ha venido verdaderamente a revolucionar la Iglesia Católica, la curia romana, Su Santidad llama a los obispos a “olvidar la psicología de los príncipes y acercarse más a la comunidad”, en un cambio que da un vuelco de 180 grados a la imagen Papal y que mantiene impactado al mundo entero. Se dirige a los cristianos a través un discurso político particular que tiene un éxito arrollador, habla de cambios profundos en maneras de actuar y de pensar, en un intento franco y sincero de modificar actitudes dentro de la Iglesia e incluso hasta fuera de ella en el accionar de la gente y de los prelados. Es así como el nuevo Papa cautiva multitudes con un mensaje coherente con los ideales de la Iglesia Católica, pero a su vez llano y sincero, pleno de amor, de compasión e igualdad.
El Papa tiene un estilo propio, bien particular, es carismático y comunicativo. Camina optimista, ríe con todo el rostro en un ejemplo de sencillez, simplicidad y humildad sin límites, incluso minimiza la vestimenta, camina bajo la lluvia, hace bromas con la gente, abrazando y besando montones de personas a su paso, niños y jóvenes y hasta enfermos, despreocupado por su propia seguridad, la cual critica con rigor. Con su estilo particular, despliega una energía asombrosa destinada a rescatar y cambiar la cultura de la Iglesia, menos prisa, menos clericalismo, menos riqueza y más espíritu de servicio al prójimo y fuerte lucha contra la pobreza. Es que el Papa trasmite cercanía de padre y amigo, de hermano a través de su mirada bondadosa y sus gestos, directo y profundo porque vive honestamente la experiencia de Dios y la transmite a todos.
Francisco proyecta la imagen de una Iglesia joven, llena de esperanza así nos invita a no caer en la nostalgia y el pesimismo porque tenemos que vivir más el gozo de la esperanza, mirando siempre todo lo positivo que la Iglesia puede ofrecer al mundo entero. Rescata de este modo, la imagen de los jóvenes, con quienes sintoniza muy bien por sus expresiones y vocabulario, insiste que ellos deben constituirse en protagonistas del cambio, para una civilización mas justa y fraterna, apunta a que los jóvenes y los ancianos deben ser los dos grandes pilares de la sociedad, los jóvenes son la esperanza del mañana y los ancianos la experiencia y la sabiduría.
Y es que el Papa predica con su actitud bondadosa, por eso se conecta con la gente y sus maneras en el mundo actual, y con un espíritu insertado en nuestro tiempo, nos llama a ser santos pero dentro de nuestro propio entorno; santos modernos más comprometidos, santos de jean, santos que van al cine o al teatro, que escuchan música en un ipod, que toman coca cola o cerveza, que comen hot dogs o pizza, santos que aman la danza o el deporte, que son sociales, abiertos, amigos, alegres y compañeros, santos que saborean y aprecian las cosas buenas y puras del mundo. Así de sencillo es Francisco y así se muestra, tal y como es, un hombre real y santo, de carne y hueso, un ser humano de avanzada rescatando valores y principios recorre el mundo entero, enseñándonos la palabra de Dios a través del ejemplo vivo, la compasión y la humildad, la fraternidad y el verdadero amor hacia los demás seres humanos en el planeta.
Francisco gracias por la renovación, por la alegría, por enseñarnos con tanta generosidad la palabra de Dios, por acercarnos a El, por sembrar esperanza, gracias por ser como eres, nuestro padre y hermano, bendícenos y guíanos a todos por la senda del bien, acompáñanos y recemos juntos con fe por los que sufren, por los mas necesitados, pero en especial para que Dios nos ilumine y así regrese la paz y la unidad a nuestra querida Venezuela.
Maria Auxiliadora Dubuc
Concejal de Baruta
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