La seguridad personal en el transporte público urbano se ha convertido en un problema creciente en este país, o mejor dicho ha dejado de ser un problema para convertirse en el síntoma inequívoco de una realidad social evidente. Sin embargo, la obligación ineludible de emprender viajes para los habitantes de un sector determinado, quienes se ven en la necesidad de tomar un jeep para llegar o salir de sus hogares, muchas veces a tempranas horas.
El problema mayor se centra entonces en la madrugada, cuando tienen que hacer una larga cola para montarse en uno de estos vehículos que los llevará a la ciudad donde podrán hacer uso del transporte vial normal. Despiertos desde las 4 am (casi todo el promedio) para prepararse su desayuno y almuerzo hacen una larga cola a las 5 am y así llegar a tiempo al trabajo. A estos trabajadores les resulta frecuente enfrentarse al atraco cuando se encuentran en estas pequeñas unidades de transporte, y a veces toparse con agresiones mas allá de creíble, y en circunstancias extremas hasta el propio conductor encuentra la muerte o resulta herido o lesionado producto del hampa desbordada.
Las amenazas a la seguridad personal e incluso a la propiedad, van desde el simple robo que ocurre en la mayoría de los casos cuando hay abarrotamiento de personas en los vehículos de transporte público, lo que facilita la labor del delincuente para actuar, pero también operan el vandalismo y el ataque físico violento, lo cual es muy frecuente; es así como gracias al deterioro de la seguridad en el transporte publico se ha generado una disminución del numero de viajes o de rutas hacia algunos sectores, sobre todo en horas de la noche.
Los reclamos y denuncias son múltiples sobre todo aquellas que han sido interpuestas por los profesionales del volante de todo el país, solicitando al gobierno nacional, regional o municipal tome cartas en el asunto e implorando a los cuerpos policiales en general, mayor seguridad, incluso identificando zonas críticas donde el hampa mantiene su rango de operación, sin embargo los planes de patrullaje y vigilancia han resultado infructuosos y pareciera no encontrarse una solución.
Una alternativa clara y certera para atacar el problema es la instalación de gps en taxis y autobuses, botones de pánico, así como dispositivos para apagar las unidades en caso de robo, estas son hoy por hoy algunas de las medidas que han tomado algunos gobiernos regionales con la intención de reforzar la seguridad en la red de transporte público.
También cámaras de video ubicadas en autobuses y taxis, todo interconectado con una sala de monitoreo para la vigilancia por parte de los cuerpos de seguridad. La nueva tecnología sin duda es una alternativa clara para aminorar el índice delictivo y la inversión para la adquisición de estos equipos es determinante para brindar un servicio mas seguro a los usuarios y conductores, pero también es importante reforzar el trabajo de los funcionarios policiales en puntos de control y terminales de pasajeros y el acompañamiento de funcionarios policiales uniformados a ciertas horas en las unidades de transporte publico.
La realidad es mas que contundente, debemos además abordar el problema de la seguridad en las unidades de transporte publico a través de la educación ciudadana para la prevención del delito porque utilizando una estrategia clara en esta área, informando a la población cual debe ser su conducta al momento de abordar una unidad de transporte y mientras se esta en ella, podemos coadyuvar a evitar en lo posible hechos delictivos que pongan en peligro la vida de los usuarios.
Maria A. Dubuc
Concejal de Baruta
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