domingo, 17 de febrero de 2013

Calidad de vida para todos por igual.

Los venezolanos merecemos vivir en paz, poder transitar y caminar tranquilamente por nuestras calles, sin miedo, disfrutando de plazas, parques y espacios públicos en general, todo en la confianza que nos brinda la seguridad de vivir en libertad. Pero solo hay seguridad cuando se tienen los espacios públicos de calidad que nos permitan vivir y hacer ciudad. Sin eso, las sociedades se "enferman” irremediablemente. 

Por eso se hace urgente implantar a la brevedad políticas auténticas de prevención del delito, a través del diseño del medio ambiente y ofreciendo orientaciones al ciudadano como mecanismo para prevenir y disminuir la criminalidad y la violencia. Se debe entonces plantear un margen de diálogo abierto entre el usuario cotidiano del espacio urbano y el que lo planifica y construye, que no es otro que el Gobierno Municipal, Estadal o Nacional. 

En primer lugar es necesario crear conciencia de la importancia que reviste diseñar, construir y adecuar espacios públicos en pro de la prevención delictiva. En este aspecto la idea es destacar lo más vulnerable de las áreas y espacios públicos y privados, que puedan facilitar la comisión del delito y otras conductas desviadas. Se trata entonces de aplicar directrices generales en las áreas públicas, donde el ejecutivo municipal, estadal o nacional desde sus atribuciones, competencias y organización, establezca una dinámica en la infraestructura que pueda tener incidencia positiva en los índices delictivos y en las conductas desviadas criminógenas. 


La iluminación y el alumbrado en general, bien distribuida, con suficiente intensidad, el desmalezamiento y la poda regular de árboles y arbustos en calles y avenidas, el mantenimiento en general de las áreas verdes públicas, plazas, parques, plazoletas entre otros, la limpieza y recolección permanente de desechos en los espacios públicos, para evitar deterioro de los mismos y la sensación de abandono, la generación de rutas seguras en sendas peatonales, una buena señalización de los espacios, una nomenclatura urbana clara y cónsona con el entorno, coordinar un sistema de instalación de video cámaras que, instaladas en los sitios de mayor actividad criminal de la ciudad nos permitan poder obtener información para dar con los responsables, e incluso observar las normas básicas de prevención en la construcción de edificaciones públicas o privadas, son definitivamente elementos que coadyuvan en la prevención del delito y que dificultan la labor del delincuente convirtiéndolo en victima de la autoridad. 

Igualmente se hace necesario organizarse para la prevención y en ese sentido es fundamental aprobar cuanto antes todos aquellos anteproyectos de ley o cuerpos normativos dirigidos a coadyuvar y establecer las reglas del juego para la prevención. Existe un consenso en los estudiosos de la criminología en que si el espacio urbano y sus características ambientales son planificados, diseñados y manejados apropiadamente, cierto tipo de delitos y la percepción de temor ante el hecho delincuencial pueden ser reducidos, aumentando la calidad de vida de la comunidad. 

Por este motivo, se hace muy importante crear conciencia en el sentido que los espacios urbanos con características ambientales que no promueven el tránsito y permanencia de personas, dificultan la vigilancia natural por parte de la comunidad, lo que atrae infractores de la ley y por ende, aumenta las probabilidades de ocurrencia de delitos y la percepción de inseguridad. El delito y la sensación de inseguridad, también pueden ser combatidos eficazmente elevando la calidad de los espacios públicos, dotándolos de ciertas condiciones de seguridad, como las que mencionamos anteriormente, esas que le quitan el temor a los vecinos y los devuelve a esos espacios que se habían abandonado, a causa del miedo, la angustia y la desolación. 

Es imperativo que el Gobierno en general se involucre en el tema proactivamente, sobre todo en los que respecta a aquellas áreas técnicas de su competencia, áreas que inciden en la planificación, recuperación y preservación de los espacios públicos susceptibles a la delincuencia, es un compromiso por reducir el índice delictivo y mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos. 

María Auxiliadora Dubuc 
Concejal de Baruta

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