miércoles, 22 de mayo de 2013

Y TODO A MEDIA LUZ….


La crisis energética en Venezuela surge en el año 2009, dada la época de prolongada e intensa sequía y el fenómeno climatológico de “El Niño“, que agravó la situación de manera vertiginosa, todo lo cual ocasionó que la Central Hidroeléctrica Simon Bolívar, alcanzara niveles muy bajos, poniendo en peligro el suministro del servicio a los venezolanos. Así fue como el Gobierno anuncia un plan de racionamiento, plan de ahorro el cual consiste en la suspensión temporal de los servicios en determinados lugares del país. Un plan de racionamiento eléctrico técnico- preventivo, por debilidades en la generación de energía, a decir del Gobierno, “por el bien de todos”. 

Ocurrió entonces que los cortes del servicio eléctrico se ponen en marcha sumados al racionamiento del servicio de agua igualmente, pero el tiempo pasa y todo empeora día tras día, no tenemos agua porque no hay líquido y no hay energía eléctrica porque no hay agua que la produzca, total que ya en el 2013 seguimos entrampados y en un callejón sin salida, lo mas grave, es que no vemos opciones ni soluciones a corto, ni a mediano plazo. 

El problema tiene dos vertientes fundamentales que habría que analizar, la primera es la falta de planificación de los sistemas, la cual debe tomar en cuenta todos los factores que intervienen en la problemática con el fin de tomar previsiones; en este país reina la improvisación, se acciona sin visión de futuro. El Gobierno reconoce que su administración no avanza con el ritmo necesario en lo relativo a las inversiones en el sector, esto es, carencia absoluta de las mismas, todo ello, más la falta de mantenimiento de plantas, embalses y vías de distribución, tuberías y una pésima gestión en la administración de los recursos disponibles nos conducen al caos que hoy vivimos. 

La segunda el despilfarro y derroche del recurso y el exagerado incremento en el consumo al que estamos acostumbrados los venezolanos, quienes mientras barremos baldeamos la casa con agua a granel, lavamos el carro, dejamos los grifos abiertos mientras nos cepillamos o nos enjabonamos, los ventiladores y aires acondicionados permanecen encendidos noche y día, luces encendidas todo el tiempo, tuberías rotas que dejamos así por meses sin reparar, por decir lo menos. No tenemos conciencia ciudadana y no entendemos que esta conducta nos perjudica a todos y trae consigo consecuencias nefastas como el racionamiento o los cortes prolongados. 

Los problemas en la prestación del servicio están a la vista de todos y eso es algo imposible de esconder o tapar de algún modo, tubos de aguas blancas rotos por doquier que nos muestran claramente un franco descuido de las autoridades en cuanto a mantenimiento se refiere, tardan días y hasta semanas en reparar pese a las múltiples denuncias presentadas por los usuarios. 

En esta problemática los intereses políticos deben dejarse a un lado, las consecuencias de no tomar cartas en el asunto con celeridad y de no encarar el problema desde el punto d vista profesional y técnico pueden ser graves, hospitales sin luz, calles oscuras, sin semaforización. 

Más aun los planes de racionamiento de agua y energía eléctrica también traen consigo consecuencias para los ciudadanos usuarios de los servicios, tales como: aumento del índice delictivo, ausencia de sensación de seguridad, daños a los alimentos y electrodomésticos, perdidas millonarias en empresas, se detiene la actividad productiva en el país, causando efectos terribles e irreparables en su economía, además de las consecuencias que trae en las actividades cotidianas de la familia. 

Las soluciones a largo plazo son bidireccionales, por un lado, la educación, debemos enseñar a niños y jóvenes el valor del recurso natural, generar conciencia ciudadana y sentido de pertenencia, apagar la luz, la importancia del ahorro de energía y de agua. Por otro lado, debemos igualmente exigirle al Gobierno Nacional tomar cartas en el asunto, planificación, e inversión, mantenimiento de maquinarias y equipos, y la profesionalización evitando la improvisación. 

Es fundamental poner la mirada en el futuro, exigir al Gobierno planes y programas de cara al mañana, los venezolanos no queremos seguir mendigando por los servicios a los cuales tenemos derecho, queremos tener luz todos los días, energía eléctrica y olvidarnos de las velas, y agua para el uso cotidiano, y olvidarnos de la totuma y la perolita de agua que debemos llenar diariamente para consumir, merecemos tener una mejor calidad de vida y nos negamos a conformarnos, por eso la lucha está en exigir a las autoridades el cumplimiento de su deber, porque su única prioridad debería ser el bienestar de todos los venezolanos. 



MARIA AUXILIADORA DUBUC 
Concejal de Baruta

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